La degeneración macular DMAE se trata de una patología que afecta a gran cantidad de personas en todo el mundo, siendo necesario buscar ayuda tempranamente. Esta alteración ataca de forma directa a la mácula del ojo, causando con ello una importante pérdida de la visión central. Es importante destacar que una detección a tiempo puede evitar cambios irreversibles, llegando a producir la no detección una ceguera permanente.
Es importante que ante la mínima sospecha o sintomatología el usuario acuda a revisión con un especialista, el cual podrá detectar cualquier tipo de patología. La mayoría de oftalmólogos cuentan con numerosos medios tecnológico que permiten obtener un diagnóstico adecuado, pudiendo de esta forma establecer un completo plan de tratamiento.
¿Existen diferentes tipo de degeneración macular?
Si, existen dos tipos de degeneración macular, siendo necesario que un experto en oftalmología realice una completa exploración para distinguirlas. De esta forma, el usuario podrá obtener un diagnóstico acorde a su patología y recibir un tratamiento óptimo según sus necesidades oculares.
Degeneración macular seca
Este tipo de degeneración suele ser la más frecuente dentro de la población, caracterizándose por el depósito de pequeñas partículas denominadas drusas. Estos elementos son de color amarillento y se van acumulando progresivamente, evitando con ello una correcta visualización del entorno.
Cabe destacar que la degeneración macular seca se caracteriza por presentar una evolución lenta sin embargo, ante el mínimo síntoma de pérdida de visión en la zona central del ojo es necesario acudir a un servicio de atención médica.
Degeneración macular húmeda
La degeneración macular húmeda es menos frecuente dentro de la sociedad sin embargo, suele presentar una mayor agresividad en comparación con su homóloga seca. En esta ocasión, la pérdida de visión se debe a la formación anómala de vasos sanguíneos, los cuales suelen presentar fugas que afectan a la visión de la persona.
La distorsión de la retina se produce en pocos meses, causando por tanto en la persona afectada un menoscabo de este sentido tan esencial para la supervivencia.
Factores de riesgo que favorecen la aparición de esta patología
La edad juega un papel bastante importante
La edad se podría decir que es uno de los factores de riesgo más importante, ya que esta enfermedad suele producirse en personas mayores de 65 años. Además, el género femenino es el más afectado, debiendo estar más en alerta ante cualquier tipo de alteración en la visión que se produzca.
El tabaco y el alcohol
Elementos nocivos como el tabaco y el alcohol predisponen a la persona a sufrir la degeneración macular, actuando de forma directa en el sistema cardiovascular. Al actuar frente a los vasos sanguíneos, la retina sufre un envejecimiento considerable. Además, también estas sustancias atacan de forma directa a los fotorreceptores de la retina, generando cambios irreversibles.
La exposición excesiva a la luz ultravioleta
La exposición prolongada a la luz ultravioleta a lo largo del día puede producir daños en la retina, sobre todo en niños de corta edad, personas ancianas e incluso aquellos individuos que tengan el iris claro.