Las hidrolimpiadoras constituyen un equipamiento de limpieza cada vez más normalizado entre los usuarios domésticos, tanto por su versatilidad como por el ahorro de esfuerzo que llevan aparejado. Pero, ¿qué son las hidrolimpiadoras? ¿En qué facilitarían mi día a día? ¿Cuales son sus principales virtudes?
Un poco de historia
En 1935, el inventor alemán Alfred Kärcher fundó una empresa que, denominada con su propio apellido, se dedicó al diseño y venta de instrumentos de calefacción industrial sumergibles y, más tarde, al desarrollo de un horno de calcinación para aleaciones del que vendió más de mil doscientas unidades hasta 1945.
Sin embargo, el gran invento de Kärcher data de quince años después de que fundara su empresa, 1950, cuando dio a luz a la primera hidrolimpiadora europea de agua caliente. A raíz de ese momento, el artilugio ideado por el alemán fue extendiéndose por talleres y comercios especializados de todo el viejo continente, ocurriendo esto hasta el punto de que en numerosos países Kärcher es sinónimo de las mismas hidrolimpiadoras que la empresa produce desde mediados del s. XX.
Sin embargo, no será hasta la década de 1980 cuando la empresa empiece a comercializar hidrolimpiadoras portátiles, lo que supondrá un auténtico hito en la limpieza doméstica. No en vano, desde entonces las hidrolimpiadoras son cada vez más frecuentes en nuestros hogares y ver a alguien haciendo uso de una de ellas se ha convertido en algo habitual.
¿Qué son las hidrolimpiadoras?
Pese a que las hidrolimpiadoras son unas máquinas que cada vez están más presentes en nuestras vidas, conviene decir que son instrumentos que transmiten la energía cinética a un fluido, normalmente agua o una solución jabonosa, con el objetivo de limpiar o arrancar mecánicamente ciertos materiales.
Es decir, que de lo que se trata es de un instrumento que eleva la presión del agua, o de la mencionada solución jabonosa, para facilitar la limpieza y desincrustación de suciedad sobre la superficie que pretenda limpiarse.
Obviamente, por la propia naturaleza de las máquinas, las hidrolimpiadoras se suelen utilizar en exteriores, siendo frecuente su uso en la limpieza de fachadas, garajes o jardines, pero no puede olvidarse que su uso en la limpieza de vehículos asegura un resultado profesional por un coste realmente reducido.
Ventajas de las hidrolimpiadoras
Aunque existen diversos tipos de hidrolimpiadoras (industriales, profesionales, de gasolina y pistolas hidrolimpiadoras), las virtudes que tienen tanto para los profesionales como para los usuarios domésticos son muy similares, motivo por el que lo procedente es desgranar tales ventajas en vez de describir detalladamente cuáles son esos tipos.
- En primer lugar, es de destacar que el uso de hidrolimpiadoras con soluciones jabonosas implica un importante ahorro en la medida de que, dado que estas son aplicadas a presión, la eficacia de los detergentes se ve incrementada de sobremanera y es necesaria una menor cantidad para conseguir un resultado óptimo.
- En segundo término, las hidrolimpiadoras también hacen que se necesite un menor esfuerzo a la hora de limpiar superficies difíciles, con suciedad incrustada o en aquellos casos en los que la fortaleza del material soporte sin problemas la presión que aquellas son capaces de proporcionar. Esto se debe a que la fuerza del fluido expulsado por la hidrolimpiadora hace innecesario tener que frotar con un estropajo o un trapo, lo que sin lugar a dudas también implica un ahorro para nuestros bolsillos.
Además, el uso de la hidrolimpiadora conlleva a una reducción considerable del tiempo necesario para limpiar aquellos enseres que son susceptibles de serlo, dado que con un simple rociado quedan totalmente limpios.
- Por último, aunque no es necesariamente lo menos importante, hay que decir que usar hidrolimpiadoras es enormemente divertido y que puede hacerlo casi cualquier persona, por lo que la limpieza puede convertirse en una actividad de ocio que podrían realizar hasta los más pequeños de la casa siempre que estén supervisados por un adulto.