Los tiempos han cambiado mucho desde la época en la que la mujer se quedaba en el hogar realizando las tareas domésticas y el hombre salía a trabajar. La idea no es pedir una ayuda o colaboración esporádica, sino de asumir, que si todo el grupo familiar usa los mismos espacios, esto debe implicar una especie de compromiso en lo referente al orden y la limpieza.
Asignar responsabilidades con un buen criterio y con una buena actitud, desarrollará acciones de responsabilidad, que se harán con agrado, como darle la comida a la mascota, colaborar en la planificación de la lista de compra de alimentos y otros aspectos que mantienen la armonía en el núcleo familiar.
Repartir las tareas en casa
Los roles dentro de la pareja han ido cambiando durante los últimos años. Poco a poco las tareas domésticas realizadas tradicionalmente por la mujer han ido disminuyendo y las que realiza el hombre han ido en aumento. El resto de la familia también se ha ido integrando a esta repartición. El reparto aún no es equitativo, pero cada vez más las tareas son equilibradas.
Por solo poner un ejemplo, el centro de planchado puede ser utilizado de manera individual por cada miembro de la familia, por supuesto, exceptuando los niños, por el peligro a quemarse accidentalmente. De ninguna manera hay que imponerle a ningún miembro que las haga, sino que se debe llegar a un acuerdo y consenso, para que puedan ser realizadas con cierta satisfacción y agrado, como un aporte positivo de buena voluntad.
Este reparto debe lograrse incluyendo a todos los miembros del grupo familiar, con tareas adaptadas a las circunstancias que implica y a su edad. Sobre todo hay que tratar de minimizar las posibilidades de que aparezcan los conflictos y problemas dentro del seno familiar.
Algunos aspectos a tener en cuenta
Existen varios temas importantes al momento de repartir las tareas domésticas:
- Crear una lista de las responsabilidades que le involucren a cada uno es lo primero que hay que hacer, para que cada integrante seleccione aquellas tareas que más le agrada realizar y las que incluyen pasar el tiempo con los hijos deben ser distribuidas de la forma más equitativa posible.
- Controlar la administración de los horarios es vital, pues el tiempo que cada uno trabaja (dentro y fuera del hogar y aquí se incluyen las horas de clase) y el dedicado al ocio, ya que todas están actividades deben estar muy bien distribuidas.
Repartiendo las tareas domésticas
A la hora de repartir las tareas domésticas, o las actividades que cada miembro del grupo familiar va a realizar, se pueden asignar según las preferencias. Es muy importante que esta distribución se haga acorde con las edades y al desempeño de cada uno:
- De los 6 a los 8 años: Regar las plantas y el jardín, barrer y recoger las hojas, aspirar alfombras, sacar la basura a diario, ayudar a preparar algunas comidas junto con otro adulto que lo asesore y supervise.
- De los 4 a los 5 años: Ayudar a colocar en su sitio las compras del supermercado, poner la mesa y separar toda la ropa sucia por colores, para tenerla lista cuando llega el momento de lavar.
- Los más pequeñitos, de los 2 a los 3 años: juntar los juguetes en su habitación, para lo cual es conveniente disponer de una caja grande o una cesta que sirva para tal fin.
Distribuyendo actividades con la pareja
La armonía en el hogar es primordial y llegar a un acuerdo puede hasta salvar un matrimonio o relación de pareja, en la que pueden crearse muchos desacuerdos o discusiones. Es importante que quede muy claro que se trata de una sociedad donde ambos tienen un 100% responsabilidades a cumplir en condiciones de equilibrio.
Siempre es muy importante dar una buena respuesta a las habilidades en el desempeño de miembro, por ejemplo, en algunos casos el hombre se destaca como un chef en la cocina, por lo que se debe asignar cierto tiempo para realizar estas actividades culinarias, que incluso le pueden significar halagos y reconocimientos y sentirse satisfecho por una misión cumplida a cabalidad y con esmero.