Científicos de Carolina del Norte y Berkeley crean una impresora 3D que funciona usando rayos de luz.
El mundo de la impresión 3D llegó hace no mucho para convertirse en todo un gigante. Ideal para todo lo relacionado con la ingeniería inversa, este sistema permite a cualquiera crear las piezas que desee a través de la extrusión de un filamento que se encarga de replicar un modelado tridimensional. No obstante, su propuesta está a punto de cambiar por completo.
Un numeroso equipo de científicos de las universidades de Carolina del Norte y de Berkeley han aunado fuerzas para plantear el prototipo de un nuevo modelo de sistema de impresión tridimensional. Su idea es crear una impresora 3D con luz, una propuesta que tira por tierra todas las bases relacionadas con las impresoras tridimensionales, cambiando su forma de trabajar para conseguir mejores resultados.
Su objetivo es hacer que el proceso de impresión sea mucho más rápido, pero también de mayor calidad. Con este planteamiento estadounidense, se olvidarían por completo los problemas habituales de las impresoras 3D y, aunque aparecerían otros nuevos de forma más que probable, el resultado final permitiría adentrarse en la experimentación con nuevas formas o incluso materiales muy distintos a los actuales.
El modelo actual funciona combinando la luz con el acrilato, pero la idea es que su rango de materiales compatibles sea mucho más amplio en el futuro. Ahora, que se comienza a experimentar con la posibilidad de imprimir comida o incluso órganos humanos para sacar el máximo partido a todo lo relacionado con la impresión en tres dimensiones, la idea de estos científicos llega para abrir un nuevo y prometedor horizonte.
La revolución de la impresora 3D por luz
Parte del éxito y uso de las herramientas es su “capacidad para resolver muchos de los fallos de los productos que nos rodean en el entorno doméstico”, tal y como asevera Alexander Eser, uno de los responsables de SUPERHERRAMIENTAS. No obstante, el factor innovador que da forma a las más nuevas es lo que hace que siempre haya motivos para adquirir una nueva. Con la llegada de nuevas necesidades, llegan nuevos utensilios, pero esta propuesta engendrada por expertos de Berkeley y Carolina del Norte quiere revolucionar todo este sector, convirtiéndose en la herramienta definitiva.
Su funcionamiento se podría definir como el de un alfarero. La luz hace las veces de cincel para ir dando forma a un cilindro de una resina conocida como acrilato. Dada la naturaleza de este material, que absorbe los fotones de la luz modificando su estado cuando acumula una cantidad considerable, al incidir los haces lumínicos en él, pasa de estado líquido a sólido.
Dicho cilindro se coloca en un recipiente cerrado que va rotando frente a un proyecto que reproduce un vídeo tridimensional con la figura que se quiere replicar. Y usamos el término replicar exactamente dado que los propios responsables de esta impresora la han bautizado como Replicadora. Un pequeño tributo a la serie de ciencia ficción, Star Trek.
La principal ventaja que plantea este sistema frente a los habituales es que la construcción no se hace por capas. Las impresoras 3D convencionales comienzan construyendo la base de la pieza a imprimir y necesitan crear pilares que hacen las veces de sustento para las partes colgantes. Así, después, tiene que haber una persona que se encargue de eliminar estos soportes con mucho cuidado para tener el resultado deseado.
Con este otro planteamiento, además de que el proceso puede hacerse en pocos minutos gracias al sistema de rotación y exposición a la luz, no se requieren estas bases. Todo se hace al momento y proyectando la forma al completo sobre un cilindro, permitiendo así que se consiga directamente la forma final sin necesidad de limar asperezas ni eliminar restos.
A pesar de esto, se trata de un proyecto que todavía se encuentra en desarrollo y que dista de conseguir resultados que lo puedan hacer interesante para el ámbito comercial o para el profesional. Si bien es cierto que se consiguen superficies lisas directamente y que el proceso es bastante más flexible que el habitual, todavía no se ha conseguido pulir todo lo suficiente como para que las formas sean totalmente fieles a aquellas que se desean proyectar.
Queda por delante un buen trabajo de pulimento para dar mayor precisión a todo el proceso de impresión. Ajustar parámetros como la cantidad de luz proyectada o incluso la velocidad de rotación del cilindro se antojan como los primeros valores a modificar, aunque detrás de todo eso habrá un enorme conjunto de factores a valorar por estos profesionales para alcanzar el objetivo deseado.
Algo tan joven como la tecnología de impresión 3D no deja de avanzar y evolucionar con propuestas como esta. La impresión por luz puede ser toda una revolución dentro de este sector, algo que permita avanzar considerablemente en la creación de objetos de cualquier tipo.