Cada vez son más los países que han dado el visto bueno al consumo y cultivo de marihuana, el último en sorprender con su legalización fue Canadá, algo que motivó, que incluso algunos políticos de nuestro país barajaran la posibilidad de convertir a España en un gran productor e importador de marihuana, pues no se debe olvidar que en este país, el cultivo y consumo de esta sustancia están prohibidos por ley. Sin embargo, y como indican desde Power Cogollo, “cada vez son más las personas que ya sea por el incremento del consumo o para autoabastecerse optan por cultivar su propia marihuana en casa”.
Pero, ¿cómo de sencillo es cultivar marihuana en casa? ¿qué se debe tener en cuenta? ¿requiere los mismos cuidados que cualquier otra planta de interior?
Son muchas las preguntas que surgen antes de ponerse a cultivar marihuana, preguntas de fácil respuesta para los profesionales de Power Cogollo.
“El cultivo interior de marihuana se puede dividir en cinco pasos, que van desde la elección de la variedad hasta el modo de regadío pasando por el sistema de extracción. Vayamos paso a paso”.
- Elección de la variedad: lo habitual será optar por semillas feminizadas, asegurándose de esta manera que todas las plantas son hembras, pero además será conveniente optar por semillas de fácil cultivo. No obstante, se recomienda el cultivo de híbridos de fácil cultivo en aquellos casos en los que las temperaturas elevadas puedan llegar a ser un problema.
- Elección del sustrato: existe una amplia gama de sustratos que permiten el cultivo de marihuana, sin embargo, la tierra es el que permite un mayor margen de error.
- Elección de la iluminación: en el cultivo interior la iluminación sustituye a la luz solar, la elección más apropiada pasa por las luces LED, con las que se consigue un importante ahorro.
- Elección del sistema de extracción: como cualquier otra planta, las de marihuana, también necesitan realizar la fotosíntesis, por lo que se hace necesario la instalación de un sistema capaz de renovar el aire constantemente.
- Elección del agua y los fertilizantes: lo ideal es que el agua sea lo más pura posible, sin embargo, y dado que por lo general se suele emplear el agua del grifo, se hace necesario añadir diferentes fertilizantes que hagan que esta agua se aproxime más a la pura.
“Con todo lo anterior, ya solo queda ponerse manos a la obra, pues, intentarlo, es siempre la mejor manera de alcanzar un objetivo”.