En el mismo día que el Tribunal Supremo ha decidido paralizar la exhumación de los restos de Franco, por exigencia de la familia del Dictador, restos venerados por el prior benedictino del monasterio de Cuelgamuros, Santiago Cantera, y su secta religiosa, como una medida cautelar tomada hasta que no haya una decisión firme e inapelable sobre la exhumación, en España se producen hechos diversos que es preciso analizar y dar una opinión sobre los mismos, al tiempo que no estará de mas ver los precedentes de una exhumación en la que el PSOE ha tenido 23 años de presencia en el gobierno para hacerla y no tener que tragarnos otra vez y cada día el recuerdo del criminal que murió en la cama, mientras miles de sus víctimas todavía están en las cunetas y sus familiares nadan en la abundancia con las propiedades y el dinero que robó. Y contrastar este hecho brutal con otras realidades igualmente presentes en el estercolero político español, una de las cuales es la decisión del Abad de Montserrat y su corte de monjes, asimismo benedictinos, que están en «rezo permanente por los políticos independentistas juzgados y la exigencia de su libertad». Vamos, pues, a ver algo de la historia de estos dos monasterios después de la guerra civil y del asalto del fascismo nacional e internacional contra la IIª República Española.
Ambos monasterios son regidos a distancia por los deseos, no sé si divinos, del actual Abad francés de la orden de los benedictinos, orden creada hace un milenio por San Benito, y cuyo convento está afincado en la actualidad en la ciudad francesa de Solesmes. Hasta aquí los orígenes ancestrales. A partir de ahí las diversas realidades, fruto de la breve historia de las décadas que van desde la guerra civil hasta nuestros días. El monasterio del Valle de losCaídos se empieza a levantar por orden directa del Dictador en 1940 para celebrar la «epopeya» de ganar la guerra y visibilizar «la dimensión de nuestra cruzada». Alrededor de 1958 empieza a funcionar el monasterio levantado por el trabajo esclavo de 20.000 presos republicanos durante muchos años y bendecido por Pío XII, otro Papa impulsor de los nacional catolicismos vinculados a los fascismos. Hasta ahora, que la secta de Cuelgamuros continúa rindiendo culto a un bárbaro que desfilaba bajo palio mientras sus esbirros asesinaban. Al mismo tiempo que se produce lo de Franco, es necesario recordar el papel que la secta de monjes de Montserrat, símbolo actual del nacional catolicismo pujolista secesionista, jugó durante la guerra civil. Con la vaga excusa de ser perseguidos, maltratados o asesinados por las hordas rojas, surge de sus filas el tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat, una de las unidades de guerra más famosas y condecoradas por el franquismo, incluso con la Laureada de San Fernando, por sus hazañas frente a rojos y republicanos, unidad que utilizaba casi exclusivamente el catalán para entenderse y dar las ordenes militares. Por cierto, parece que esta unidad contaba con muchos voluntarios de Amer, el pueblo de Puigdemont. O sea, que en diversos procesos nos encontramos, por un lado, con la defensa a ultranza del nacional catolicismo franquista y por el otro con la del nacional catolicismo pujolista. Y ahí lo dejo, para que cada cual saque sus conclusiones. Para rebajar su importancia llego me da la impresión de que meapilas unos y otros, mientras perdedores siempre los mismos. Recomendando encarecidamente huir de fábulas identitarias enmascaradas por historietas medievales, referentes a Don Pelayo o a Rafael de Casanovas. Detrás de estas historietas sólo hay intereses de clase, dominio y poder y banderas inventadas para engatusar.
Entramos en otras cuestiones a considerar. Mientras en Podemos, Pablo Iglesias, el cacique proletario de Galapagar y compañía, en vez de hacer una vez en la vida algo honrado y rectificar todos los errores y cacicadas cometidos, haciéndose responsable principal del fracaso político-electoral, continúa la inercia represiva instalada en la organización desde siempre y descabalga a Echenique de su cargo de secretario de organización, a pesar de haber sido este un fiel y adicto secuaz de todas sus torcidas decisiones. El gesto es claro, Echenique es el principal responsable del fracaso. Y como parte de una misma cutre realidad, Nuet, otro indecente cacique vividor que ya ha encontrado en ERC otro establo para comer su pienso y deja el cargo en Esquerra Unida i Alternativa y en los «comuns» después de haber hecho todo lo posible para su destrucción.
A nivel general, después de las elecciones nos encontramos con un panorama variado, a veces conflictivo y contradictorio, o no, según de donde sople el viento. Si hace casi 5 años nos encontramos con el nacimiento de Podemos, que echó al traste con la lenta pero sólida implantación y fortalecimiento de IU, con porcentajes de voto muy elevados, ahora tenemos a Podemos-Unidos Podemos-IU-PCE y lo que les ronde, hundidos y sin saber exactamente a dónde y cómo ir, incluso en ciudades tan importantes como Madrid y Barcelona, a los cuatro años de haber lanzado todas las campanas del éxito al aire por Carmena y Colau. Y en la Unión Europea, la Syriza dirigida por Alexis Tsipras, la Francia Insumisa de Jean Luc Melenchon, El Partido Democrático de Italia, o Die Linke de Alemania, por poner sólo cuatro ejemplos de lo que parecía ser no hace mucho una alternativa real de cambio por la izquierda en Europa, también se ha hundido esta, encontrándonos, igual que aquí en España, con divagaciones abstractas de los principales dirigentes, incapaces de hacer un verdadero análisis de lo que ha ocurrido y está ocurriendo, de cuál es la responsabilidad propia y de los caminos para enderezar el rumbo. Si no se hace así es porque casi se llega a la conclusión entreguista de que las fuerzas de las finanzas de la comunicación y de la guerra son las que mandan en cada país y en el mundo y es imposible hacer algo contra ellas, salvo perorar balbuceos «revolucionarios».
Y a los cuatro años del surgimiento de Podemos, auspiciado principalmente por los medios de comunicación de la derecha, nos encontramos con otro nacimiento, el de VOX como una expresión terrorífica de la política. Y Vox cumple seguramente el objetivo primero por el que se impulsó: después de surgir como un cohete en las elecciones andaluzas, se utilizan sus exabruptos sociales reaccionarios para producir miedo y hacer volver las cosas al redil de un bipartidismo imperfecto. Y Pedro Sánchez, que al mes de ser elegido presidente del gobierno por la moción de censura, recibe en La Moncloa a George Soros, el multimillonario manipulador de la realidad internacional. Y al cabo de pocos meses, Vox se estanca y Pedro Sánchez gana las elecciones. Las casualidades existen, pero poco.