Creada tras la última crisis económica para disminuir los devastadores efectos que ésta tuvo con familias y profesionales, la Ley de Segunda Oportunidad ha permitido salir adelante a miles de personas desde el año 2015. El objetivo fundamental era evitar que muchas familias tuvieran que pasar por una ejecución hipotecaria o que muchos profesionales siguieran ahogados durante años por sus deudas.
Pero, ¿qué es la Ley de Segunda Oportunidad?
La ley de segunda oportunidad es la Ley 25/2015 ratificada por el Congreso cuya solución permite «que una persona física, a pesar de un fracaso económico empresarial o personal, tenga la oportunidad de encarrilar nuevamente su vida e incluso de arriesgarse a nuevas iniciativas, sin tener que arrastrar indefinidamente una losa de deuda que nunca podrá satisfacer”. De esta forma se permite a los deudores de buena fe deshacerse de sus deudas para poder seguir adelante con otros proyectos.
Esta norma tiene como objetivo el sistema de fresh start, un sistema reconocido en otros países que permite a los afectados una vuelta a empezar, o segunda oportunidad, para poder renacer de nuevo a nivel civil y económico. Esto ha permitido a miles de personas y profesionales volver a una actividad económica o empresarial saliendo de una situación de insolvencia que las hubiera condenado durante años.
Antes de que se aprobara la Ley de Segunda Oportunidad la única solución era acogerse a un concurso de acreedores, aunque este mecanismo estuviera diseñado específicamente para las empresas. Fuera del concurso, a los ciudadanos se les aplicaba el principio de responsabilidad patrimonial universal, lo que equivalía a decir que la persona insolvente tenía que responder con todo su patrimonio, tanto el presente como el futuro, hasta satisfacer el último euro de deuda.
Esta legislación tan inflexible estaba condenando a una gran cantidad de autónomos y particulares en el peor momento de la crisis económica. Por ello, la Ley de Segunda Oportunidad ha permitido abrir puertas y tender puentes a los afectados para recuperar su presente y su futuro sin que las deudas sean algo limitante en sus vidas.
¿Cómo funciona la Ley de Segunda Oportunidad?
Los mecanismos que la Ley de Segunda Oportunidad ofrece a quienes quieren acogerse a ella son fundamentalmente dos, que son los siguientes:
Acuerdo Extrajudicial de Pagos
Es la parte más flexible de la Ley de Segunda Oportunidad y la más demandada por las familias y pequeños autónomos. Gracias al Acuerdo Extrajudicial de Pagos (AEP), los deudores inician una etapa en la que podrá negociar con los acreedores la reestructuración de sus deudas. Esto tiene como objetivo conseguir que sean más fáciles de sobrellevar y evitar la quiebra. En esta primera etapa, según cada caso en particular, también se pueden establecer quitas a las deudas, lo que puede aligerar la carga de deudas de los afectados.
Concurso Consecutivo
El concurso consecutivo es en la práctica una liquidación ordenada del patrimonio de los deudores para que así pueda atender todas las obligaciones de pago posibles. En cualquier caso siempre se puede acoger a lo que se conoce como Beneficio de Exoneración del Pasivo Insatisfecho (BEPI), que permite a los deudores cancelar y anular todas aquellas deudas que sean imposibles de pagar, un beneficio que aplica tanto a deudas privadas como a deudas públicas.
A la hora de acogerse al BEPI hay que elegir entre alguna de las tres modalidades disponibles según la Ley de Segunda Oportunidad. La modalidad definitiva permite cancelar todas las deudas automáticamente y es la solución más radical cuando el endeudamiento y la capacidad de pago son totalmente opuestos. La modalidad provisional establece un plan de pagos en el que se puede conseguir ciertas cancelaciones de deudas si se cumple con el mismo.
Si se incumple este plan de pagos se puede solicitar la modalidad potestativa, en la que la deuda se puede reducir a la cuarta parte si se ha dedicado al menos el 50% de los ingresos a pagar deudas y aun así no se puede cumplir con el plan de pagos de la modalidad provisional.
Como se puede apreciar, la Ley de Segunda Oportunidad ofrece mayor flexibilidad para que particulares y autónomos puedan salir adelante de un proceso de endeudamiento que podría llevarles a la quiebra económica. Una forma de dar una segunda oportunidad a quienes manifiestan buena voluntad.