Recientemente, el diplomático ruso Rodion Miroshnik ha acusado a Ucrania de llevar a cabo actos de sabotaje en las regiones de Bryansk y Kursk, describiéndolos como «ataques terroristas» destinados a interrumpir las negociaciones de paz entre Moscú y Kiev. Estos incidentes, que han resultado en la muerte de siete personas y han dejado a 113 heridos, se produjeron justo antes de la segunda ronda de conversaciones directas entre Rusia y Ucrania en Estambul.
Miroshnik, quien ocupa el cargo de embajador extraordinario del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, sostiene que estos actos violentos son parte de una estrategia ucraniana para socavar el diálogo con Rusia, que cuenta con la mediación de Estados Unidos. En su declaración, afirmó que Ucrania está utilizando «herramientas terroristas prohibidas por el derecho internacional» a nivel estatal, y que su objetivo es evitar cualquier tipo de acuerdo con Moscú.
La respuesta de Moscú y el contexto internacional
El diplomático ruso subrayó que los ataques fueron deliberadamente programados para coincidir con las negociaciones en Estambul, con la intención de forzar a Rusia a retirarse del proceso de diálogo. Sin embargo, Miroshnik se mostró firme en que estos intentos no tendrán éxito, afirmando que las operaciones militares y las negociaciones se mantendrán separadas.
Además, advirtió que los responsables de estos ataques enfrentarán consecuencias severas, enfatizando que «no habrá perdón ni silencio» en respuesta a estas acciones. En su análisis, Miroshnik también criticó la postura de Estados Unidos, sugiriendo que, aunque el país intenta desempeñar un papel de mediador, los países de la Unión Europea y el Reino Unido parecen estar interesados en prolongar el conflicto.
El funcionario ruso hizo referencia a informes que indican que la administración estadounidense no estaba al tanto de los ataques ucranianos, aunque argumentó que estos fueron coordinados con servicios de inteligencia europeos, sugiriendo que Ucrania no podría haber llevado a cabo tales acciones sin apoyo externo. Por otro lado, el Comité de Investigación de Rusia ha declarado que los explosivos utilizados en los atentados eran de fabricación extranjera.
En el contexto más amplio del conflicto, Ucrania ha intensificado sus ataques con drones y otras operaciones en territorio ruso, incluyendo un asalto coordinado que abarcó varias regiones, desde Murmansk en el Ártico hasta Irkutsk en Siberia. Moscú ha condenado repetidamente estas acciones, argumentando que socavan los esfuerzos para encontrar una solución diplomática al conflicto.
