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Medicina recreativa y alternativa

In Salud
noviembre 29, 2018

De la contracultura al autocultivo

Si bien lleva más de casi dos siglos en el centro del huracán entre escándalos, difamaciones y mitificaciones, la marihuana es una sustancia con una historia tan controvertida como extensa.

La marihuana o cannabis se ha utilizado para diferentes fines desde hace más de 5 mil años y existen vestigios de su cultivo desde la remota época del 8000 a.C. Su empleo ha incluido el uso lúdico y recreativo, la fabricación de cuerdas, textiles e hilados, así como también su extenso uso en tratamientos para varias enfermedades o para aliviar malestares secundarios en ciertos tratamientos.

Aunque otrora se suponía que su origen había comenzado en la antigua América, en la actualidad se sabe que esta acepción es una mera leyenda urbana, ya que existen registros de su uso medicinal en la Antigua China desde el tercer milenio antes de Cristo.

Tipos de cannabis

Contrario a lo que se cree, existen varios de tipos de cannabis o marihuana. Para fines de estudio y clasificación, en la actualidad se sugieren tres subespecies: Cannabis sativa sativa, Cannabis sativa índica y Cannabis ruderalis.

La diferencia básica entre estas subespecies es la cantidad y poder de sus activos. La C. sativa sativa contiene altos niveles de tetrahidrocannabinol o THC, posee un efecto estimulante y se le ha empleado como un poderoso aliado contra la depresión, la fatiga y los trastornos de ánimo.

Por otro lado, la C. sativa indica posee un equilibrio único entre THC y cannabidiol o CBD, y se caracteriza por su efecto relajante y sedativo que resulta muy conveniente para combatir la ansiedad, el insomnio, el dolor y los espasmos musculares.

Finalmente, la C. ruderalis destaca por su alto contenido de CBD, pero bajos niveles de THC, lo que la convierte en una sustancia no psicoactiva. Esta propiedad la ha convertido en el candidato ideal para utilizarse en la fabricación de medicamentos y productos que carezcan de los efectos colaterales de la sativa y la índica. Pero hay que tener en cuenta que el porcentaje de componentes depende siempre del tipo de semillas de marihuana de donde provengan.

Compuestos y usos

Aunque la marihuana contiene muchos componentes, los que resultan más relevantes para fines recreativos y médicos son los del tetrahidrocannabinol y el cannabidiol.

El primero, comúnmente conocido por su abreviatura THC, es el componente psicoactivo que hace que la marihuana sea un tema debatible. Aunque sus efectos pueden producir pérdida de memoria y percepción alterada, sus usos medicinales son innegables.

El THC posee efectos terapéuticos que incluyen el ser analgésico, antiinflamatorio, neuroprotector, antioxidante, relajante muscular, antiemético, antitumoral, orexigénico (estimulador de apetito), así como ayudar a reducir adicciones tóxicos como disminuir la apetencia por cocaína, heroína, alcohol y otras drogas.

De esta manera, las propiedades del THC pueden aplicarse en extensos campos de la medicina como la oncología, la psiquiatría, la neurología y la gastroenterología, entre otros. Además, su potencial como alivio al dolor ha sido ampliamente aplicado durante la historia de la humanidad, y actualmente se estudia cómo este compuesto puede ayudar a pacientes con dolores extremos y molestos.

Por otra parte, el cannabidiol o CBD, se encuentra en diferentes porcentajes dependiendo de la cepa. Aunque también actúa en el sistema nervioso central y, por lo tanto, es considerado un psicotrópico, pero carece de los efectos psicoactivos del THC. Inclusive, resulta antagónico a los efectos que el tetrahidrocannabinol produce.

Es justamente esta diferencia clave la que hace del CBD uno de los compuestos más defendidos por la medicina por sus efectos terapéuticos. En la actualidad, es utilizado como tratamiento para múltiples afecciones como la epilepsia, enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, Parkinson o esclerosis múltiple, psicosis, ansiedad, trastorno de espectro autista, enfermedades inflamatorias crónicas como la poliartritis crónica y la enfermedad de Crohn, así como un método efectivo que contrarresta varios malestares de la quimioterapia.

Regulación

La historia de la regulación gubernamental del cannabis está llena de contradicciones y misterios. Algunos registros publicitarios de finales del siglo XIX muestran que las farmacias ofrecían tintura de marihuana en farmacias y tiendas como un remedio común para las migrañas y malestar general.

Realmente, el uso, distribución y cultivo de la planta no fue ilegal hasta que el Congreso de los Estados Unidos hizo que la posesión o transferencia de marihuana fuera ilegal en este país bajo la ley federal de 1937.

Dada la influencia casi hegemónica que los Estados Unidos ejerció en el mundo, sobre todo a principios de siglo, los demás países pronto siguieron el ejemplo y comenzaron a penalizar el uso de esta planta hasta que el estado de California, actualmente la sexta economía mundial más productiva, se convirtió en el primer estado en legalizar el consumo medicinal para personas con enfermedades crónicas en 1996, abriendo de esta manera el diálogo y sumando un importante hito en la historia del cannabis, popularizando sus ventajas convenientes para el bienestar general.

Actualmente en España, el cultivo para autoconsumo es tolerado por los aparatos jurídicos, siempre y cuando no se desempeñe como una actividad instrumental con la finalidad de traficar, vender o exportar. Aunque en el 2013 se presentó la Ley para la Protección de la Seguridad Ciudadana que endureció las penas a los poseedores de cannabis, dando un severo paso atrás en comparación con las legislaciones de los países civilizados, el autocultivo sigue siendo una opción viable, terapéutica y económica y puedes encontrar todos los elementos para comenzar tu siembra y cosecha en una grow shop online.

Autocultivo

Además de las ventajas obvias que implica el autocultivo como el de ser una actividad entretenida, terapéutica y relajante, convirtiéndolo en un hobbie muy sano, nada se compara con uno de los placeres más antiguos en la historia de la humanidad: consumir lo que uno mismo ha producido.

Adicionalmente, después de la primera cosecha, podrás observar los efectos positivos en tu bolsillo y te darás cuenta que llevas bastante rato perdiendo dinero para obtener un producto que, mediante alteraciones lumínicas y diferentes semillas, tú mismo puedes regular y perfeccionar.
En tiendas online especializadas, podrás encontrar todos los elementos necesarios para comenzar o enriquecer tu experiencia de autocultivo. Desde macetas, tipos de tierra, ventiladores y luces hasta distintas cepas de marihuana. Esto convertirá este hobbie en una responsable actividad de autoconsumo, enriqueciendo el diálogo y alejándote del dañino mercado negro.