Áreas verdes perfectas y cuidadas. Esta es la nueva visión de las ciudades españolas
La búsqueda de la perfección y reducción de costes es lo que lidera el mercado actual. Cada día son más los consumidores exigentes que quieren lo mejor sin que ello represente una cantidad de esfuerzo -o dinero- innecesario. Quizás por eso acuden con más frecuencia a Cesped artificial Madrid para que convierta a sus jardines y áreas verdes en espacios que les permitan disfrutar del buen clima en el verano o de una barbacoa en familia.
Pero, ¿qué más hay detrás de esta tendencia?
Aunque lo nieguen, la estética importa
El deseo de un césped sin imperfecciones no es banalidad o capricho. La realidad es que tener un jardín ideal va más allá del gusto de los usuarios. Si bien es cierto que el buen aspecto de las áreas exteriores está de moda, también genera beneficios a nivel económico, pues aumenta el valor de las propiedades inmobiliarias.
Además, las personas que tienen este tipo de césped en sus hogares no deben preocuparse por los constantes cuidados que demanda un jardín: no hay necesidad de regarlo, no requiere de abono u otros productos de mantenimiento y, en caso de que se quiera cultivar alguna flor o verdura, pueden hacerlo en una hidrojardinera o sobre una moderna mesa de cultivo.
Pero, ¿no afecta al medio ambiente?
Se ha demostrado que el modelo artificial no impacta de forma negativa en el medio ambiente, sino todo lo contrario. De hecho, reduce la polución, ya que no necesita de equipos ni de desmalezadoras que usen diesel y otros combustibles contaminantes, y fomenta el ahorro de grandes cantidades de agua.
Su popularización también limita el uso de pesticidas y fertilizantes -que son una de las causas principales de la contaminación acuática-, disminuye la floración de algas, el agotamiento del oxígeno y los daños a la vida silvestre.
¿Ofrece alguna otra ventaja?
La respuesta es sí, y justamente por ello aumentan el número de hogares, negocios y hasta establecimientos públicos que emplean este tipo de césped como ornamento para sus espacios al aire libre.
Es resistente y versátil
Las versiones sintéticas duran mucho más que el césped natural. Mientras que el último no se debe pisar más de 680 a 816 horas al año, la modalidad artificial no tiene esta limitante.
Otro aspecto es su versatilidad. Hay ciertos lugares en los que no se puede poner un césped natural, pero sí uno sintético, sin importar si son sectores altamente urbanizados o de acceso limitado.
No sufre ni con los climas más inclementes
El césped natural es difícil de mantener en climas muy fríos o calientes. Después del período invernal, se necesita invertir tiempo, esfuerzo y dinero para su nivelación y cuidado diario. En los tiempos más calientes del verano, se deben destinar grandes cantidades de agua a su riego.
Sin duda, el mantenimiento de un césped sintético es mucho menos engorroso. Ciertamente, necesita un poco de trabajo de vez en cuando, pero no al nivel de su contraparte natural.
Más que una adquisición, es una inversión
Aunque las personas suelen verlo como un producto atractivo a la vista, el césped artificial es más que un simple elemento decorativo. Considerando que el retorno de la inversión se da entre 2 y 3 años y que está diseñado para durar más de 20, cambiarse a la versión sintética resulta hasta 3 veces más económico que tener un césped natural.
Proporciona seguridad a los usuarios
Cientos de estudios han demostrado que el césped artificial es seguro, en especial para realizar actividades deportivas y al aire libre.
Esto se debe a que produce un menor impacto en las articulaciones, lo que facilita el mantenimiento de una buena postura y de menos lesiones deportivas. No por nada esta es la versión que utiliza FIFA en sus campos de juego para cuidar a los futbolistas.