La autopercepción corporal influye en la forma de pensar de cada uno, en cómo siente, cómo se comporta y cómo se relaciona con los demás. Así lo explica la psicóloga Malena Lade, que matiza además que el esta percepción puede ser igual, parecida o bien diferente a la imagen real.
Lade señala además que la imagen que alguien percibe de sí mismo no es invariable, sino que va cambiando en función de su contexto a lo largo de la vida. En la autopercepción influyen, a nivel individual, “los sentimientos y pensamientos” que la imagen suscita, así como “la conducta que se adopta en virtud de lo que se percibe y siente”, explica la psicóloga.
Hay agentes externos que influyen considerablemente en la autopercepción, como el círculo de amigos y familiares o los medios de comunicación. A todo hay que unir la situación actual de la persona: el trabajo y el estrés que le genera, la edad…
Cuestión de actitud
Los pensamientos y sentimientos ante la imagen que devuelve el espejo, así como la actitud que se adopte, son también determinantes. “Los que se sienten conformes y satisfechos con su imagen corporal suelen ser bien vistos por que les rodean”, señala Malena Lade, “Los demás tienden a vernos de la misma forma en que nosotros nos vemos”. Una persona segura de sí misma, por lo tanto, es más dueña de la imagen que proyecta a los demás, puede cambiar la percepción desde afuera.
Así pues, y como cita la psicóloga, será la alta autoestima la que camufle socialmente esos rasgos no considerados estéticos o fuera de los cánones, y que no se pueden cambiar. Hay aspectos, sin embargo, que se pueden modificar fácilmente con procesos sencillos, o incluso con pasos por el quirófano: el pelo, los dientes, la nariz, el pecho, etc.
En otras ocasiones ni los ejercicios para subir la autoestima ni los rápidos cambios de imagen son suficientes para que la persona no sufra alteraciones psicológicas. Es lo que le sucede, por ejemplo, a los pacientes oncológicos que ven cómo ha cambiado su apariencia física. Esta fuente de estrés a la que también deben enfrentarse los pacientes ha sido objeto de un estudio realizado por la Asociación Española Contra el Cáncer y la facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid.
En este caso, entra en juego la capacidad para aceptarse y adaptarse que muestre el paciente, lo que repercutirá, dice el estudio, “en su estado emocional, en su calidad de vida y en su funcionamiento personal, familiar, social y laboral”. En los pacientes cuya imagen se ve afectada es necesaria la intervención preventiva “basada en el apoyo emocional y en el consejo psicológico”. Hay técnicas cognitivo-conductuales a poner en práctica en estos casos.
Al margen de los casos de enfermedades que requieren un tratamiento específico, están las formas clásicas de modificar la imagen para intentar ganar en autoestima.
Una visita a la peluquería
No se puede subestimar el poder renovador que tiene una visita a la peluquería para hacer algo más que cortar las puntas o recurrir al corte de siempre. Nuestra sociedad ha hecho del cabello mucho más que una parte del cuerpo, y en ocasiones llega a ser la seña de identidad de alguien. Pero muchas personas tienen una actitud conservadora en este aspecto, sienten verdadero temor a variar sustancialmente su imagen habitual, ignorando los beneficios que podría tener.
Lo mejor es dejarse asesorar. La peluquería del barrio de Hortaleza, Girón y Navarro, por ejemplo, tiene variados servicios en catálogo que incluyen los alisados de keratina, los tratamientos específicos, las extensiones y los servicios propios de peluquería (lavar, cortar, peinar, mechas…). En el área de estética, en Girón y Navarro trabajan los tratamientos faciales, los corporales, el cuidado de manos y pies o la manicura en diversos estilos.
Cuando no se sabe a ciencia cierta qué podría sentir bien, hay temor a un cambio de imagen o a que los estilistas no superen las expectativas, lo mejor es ponerse en manos de un profesional.
Cambios en la forma de vestir
Un proceso tan cotidiano, sencillo e instantáneo como una visita al peluquero puede ser de utilidad en muchos casos, como sucede con los cambios de estilismo. También es bueno dejarse aconsejar en este sentido por el círculo de amigos o familiares. O incluso, si se quiere garantizar un 100% de acierto, recurrir a profesionales como un personal shopper.
No tiene por qué implicar un gran gasto de dinero. Puede bastar con hacerse con unos cuantos básicos y variar los complementos, para los que hay cientos de opciones. Siroko, por ejemplo, vende gafas de sol online con un estilo muy particular, recomendables para los días de primavera.
Es posible, sin embargo, que no baste con cambios de imagen superficiales. El sentirse a gusto con su propio cuerpo requiere a veces de un cambio en el estilo de vida, variando la alimentación y el tiempo que se dedica al ejercicio físico.