Fumar ha sido, desde que se extendió de manera masiva en la sociedad, una actividad considerada como algo social. Este componente social y de relación, además de ser uno de los pilares que hace que provoca el inicio al consumo de tabaco, es también uno de los que hace más difícil a una persona abandonar la adicción por completo. Sin embargo, una nueva solución se está abriendo paso y posibilitando que cada vez menos personas fumen tabaco sin que eso suponga tener que renunciar a todo el componente de interacción con otras personas que también consumen.
La clave de esto se encuentra en los cigarrillos electrónicos o vapeadores, unos dispositivos que comenzaron a hacer acto de presencia en el mercado hace unos años pero que no han terminado de convencer hasta ahora. Mediante el uso de los mismos, la persona obtiene una sensación muy parecida a fumar pero absorbiendo un vapor de agua que, a su vez, puede tener un sabor concreto y llevar o no nicotina. La experiencia de fumar, por tanto, se personaliza mucho más y posibilita que abandonar la adicción al tabaco sea más fácil que nunca.
No es de extrañar que el número de personas que prueben estos cigarrillos y los implementen en su vida aumente con el paso del tiempo, pues además la conciencia de la sociedad en relación a lo nocivo del tabaco también ha ido en aumento año tras año. Parece claro que el futuro de la gran mayoría de los fumadores pasará algún momento por estos dispositivos.
Más que cigarrillos
El vapeo, no obstante, va ahora más allá de los simples cigarrillos electrónicos y los E-Líquidos. Gracias a la labor de los distribuidores de productos de Vapeo y de la necesidad de las personas de dejar de fumar sin perder ese componente social, el vapeo ha terminado convirtiéndose en toda una comunidad en la que aquellas personas que lo practican se identifican entre sí y forman un nuevo grupo social que queda para vapear, que les gusta hablar de los diferentes productos del mercado y que, en definitiva, sienten pasión por esta nueva forma de fumar.
Esto ha provocado que también se hayan sumado al vapeo muchas personas que nunca han sido fumadoras pero que, ahora, al ver una opción que no es perjudicial para la salud y que permite además formar parte de una comunidad, deciden probarlo. Aunque su expansión aún no ha alcanzado un gran nivel, el aumento de personas que han hecho del vapeo algo constante en su rutina no cesa de aumentar con cada día que pasa gracias a la mayor visualización que estas máquinas están adquiriendo en la actualidad.
Poder cambiar los sabores o elegir la cantidad de nicotina que se quiere que estos líquidos tengan es un gran paso a la hora de dejar de fumar completamente, aunque también requiere de cierta curva de adaptación para habituarse a esta modalidad. Si bien se parece bastante, la experiencia varía respecto al tabaco, por lo que hay que tener paciencia para asimilar completamente el cambio.
Comprar un vapeador
Este auge de los vapeadores ha llevado a que en la actualidad sea extremadamente sencillo hacerse con uno en apenas unos minutos tras buscar en Internet. Hoy por hoy la variedad en lo que respecta a estas máquinas es muy grande, pudiendo escoger entre infinidad de modelos con diferentes características, muchos tipos de líquidos y, por descontado, con una abanico de precios muy amplio. Así, resulta fácil encontrar aquel vareador que cada persona necesita de manera personal e ir cambiando a medida que lo hacen las necesidades o cuando se vaya requiriendo de una mayor calidad.
La red de redes es el lugar idóneo para realizar la compra de estos productos por su amplia oferta, aunque las tiendas físicas dedicadas a estos aparatos también están comenzando a ser bastante populares. Cuando se vaya a adquirir uno por vez primera, lo esencial es tener en cuenta que no hace falta realizar una gran inversión para comenzar a sumergirse en el mundo del vapeo. Elegir un modelo concreto es algo a lo que cualquiera puede llegar a través de recomendaciones de otros usuarios, ya sea en Internet o de manera personal. Como se ha mencionado, lo ideal es empezar por algo básico y, de necesitarlo, dar el paso a un vapeador de más calidad.