A pesar de que mucha gente piensa que la transcripción de audio-texto es únicamente copiar todo lo que escuchamos, es más complejo de lo que parece a simple vista. De hecho, una persona rápida, capaz de escribir 50 palabras por minuto puede llegar a tardar más de 8 horas en transcribir únicamente una hora de audio.
Ya que se tarda tanto tiempo, es importante hacerlo en un lugar tranquilo donde no exista posibilidad de distraerse con cualquier cosa, al igual que permanecer siempre atento para que esta transcripción sea lo más fiel posible al audio.
Consejos para transcribir un audio a un texto
En algunos casos, y dependiendo del tipo de transcripción, es posible que se pueda acudir al evento donde realizaremos la grabación. En otros casos esto no será posible por lo que recomendamos escuchar primero todo el audio, de este modo entenderemos mucho mejor tanto lo que vamos a escribir, como si se ha utilizado algún término desconocido en el que tenemos que buscar información para no perdernos. También es importante que seamos capaces de distinguir a varias personas en caso de que las haya y si se conoce o no sus nombres.
Existen muchos programas especialmente diseñados para este fin, con ellos podemos ahorrar un poco de tiempo ya que nos permiten avanzar o retroceder de una forma rápida, así como disminuir la velocidad. Este tipo de programas se convierten en un gran aliado para las personas que se dedican a esta función.
Si son audios o videos muy largos, lo más normal es utilizar abreviaciones para ahorrar tiempo, una vez hayamos acabado, lo único que tenemos que hacer es revisar que todo esté bien escrito y escribir la palabra completa.
Tenemos que saber distinguir entre el discurso hablado y escrito, en muchas ocasiones existe la presencia de un interlocutor que empieza a hablar y parece no acabar nunca. En nuestro juicio está colocar los signos de puntuación y comas necesarias para que todo se haga mucho más ameno y que el lector sepa en todo momento lo que ha querido transmitir.
Es importante que la esencia del texto sea lo más parecida a la del audio posible. No debemos cambiar ideas o palabras por mucho que nos parezcan mejor o peor, ya que se puede llegar a malinterpretar creando una visión equivocada de los hechos. Tanto si la persona que está dando las explicaciones se traba mucho al hablar o tartamudea, todo debe ser transcrito de la misma manera.
En muchas ocasiones la calidad de los audios es mala o existen diferentes tipos de ruidos externos que no nos permiten escuchar lo que tenemos que oír. En este caso podemos usar alguna coletilla como (risas) o (aplausos), sobre todo si se trata de una transcripción literal.
Por último, una vez hayamos acabado, un buen consejo es utilizar el auto corrector del Word para poder corregir esos errores que se nos han pasado por alto. Lo único que te queda es volver a escuchar el audio mientras lees para ver que todo está correcto.