Los trámites de extranjería a veces son confusos y un poco complicados. Tener en cuenta los procesos a seguir evita problemas en el futuro.
Con la llegada masiva de extranjeros con el auge económico español a principios de siglo, luego rebajado durante la crisis, pero siempre en alto número, empezaron a popularizarse en el gran público ciertos conceptos antes no muy conocidos. Sin duda, el derecho a pedir la ciudadanía española fue uno de esos nuevos conceptos que, desde entonces y hasta hoy, siguen siendo un poco confusos y conviene aclarar.
Quién puede solicitarlo
Hasta el año 1996, la inmigración era mayoritariamente de la Unión Europea y de Europa del Este. Luego, desde esa fecha y hasta hoy, en el contexto del crecimiento económico mundial, pero también ahora mismo, con la crisis, la mayoría de la inmigración provenía de África, Iberoamérica y Asia, si bien el grueso español son tres nacionalidades concretas: marroquí, ecuatoriana y rumana. El destino suelen ser las grandes ciudades y desde la crisis que comenzó en 2008, el interior y la cornisa cantábrica, históricamente despobladas y envejecidas, han vivido un incremento por encontrarse allí más posibilidades laborales. Sin embargo, el Ministerio del Interior advierte: no solo vienen trabajadores de baja cualificación, sino altos directivos de empresa o jubilados que quieren disfrutar de nuestro clima y gastronomía.
Todos ellos son los que pueden solicitar la nacionalidad española: tanto los irregulares como los regulares que, con permiso de residencia o trabajo, no están todavía nacionalizados. Hay tres estatus: menores de 14 años, más de 14 años y más de 18 años, es decir, categoría adultos. Los menores solos tienen tutela del Estado de la Comunidad Autónoma de turno, pero el Estado nunca cede la potestad de conceder o retirar la nacionalidad.
Requisitos son el tener una madre y padre español (no es una errata, esto significa que es para los que han nacido en el extranjero por una cuestión puntual) o uno de los dos sea español. Otras posibilidades son solicitarla por parte de los llamados apátridas (categoría que viene a significar que el Estado de origen de los solicitantes no se reconoce, está desaparecido o no poseen ningún tipo de pasaporte reconocido), niños sin identidad o los adoptados por parte de dos ciudadanos españoles. Por norma general, con 10 años o con estatus de refugiado, esto se acelera, así como la pertenencia a determinados países, acuerdos bilaterales, etc.
Solicitando ayuda
Como se puede comprobar, el concepto que aparentemente es sencillo de comprender puede complicarse en el tema burocrático. Además, otras cuestiones como residencia, expulsiones, el problema de los hijos entre distintas nacionalidades, posibles antecedentes, etc., pueden llegar crear una gran madeja de problemas en donde nos veamos sobrepasados por los acontecimientos.
La tecnología de hoy puede ayudarnos, especialmente en internet. Webs como inmigrantes.net ayudan al inmigrante que busca una web especializada, donde diferentes abogados con experiencia en este campo puedan orientarles: desde permiso de residencia por arraigo a parejas de hecho, hasta el solicitado permiso por reagrupación familiar, podemos encontrar una respuesta acorde.
Los trámites exigen numerosas veces una documentación amplia. Normalmente, y todo aquel que haya consultado alguna vez a un abogado o cualquier otro trámite burocrático y se haya encontrado ante el famoso “papeleo”, lo sabe bien; lo más pesado es enviarlo vía correo. Gracias a internet, esto puede hacerse vía online. Lo mismo puede decirse para el pago. Ya sea escogiendo transferencia bancaria, pago electrónico (normalmente por Paypal, que es seguro y rápido) o por tarjeta de crédito, nuestra deuda es saldada sin más problemas.
Es más, es posible consultar con la ayuda del NIE y rellenando un fácil cuestionario, el cómo va nuestro trámite de extranjería de manera online. Así, sabremos el estado en el que se encuentra nuestro expediente y así saber en tiempo real qué caminos tomar. Un gran acierto al ciudadano.
El comprender qué queremos decir, por tanto, cuando hablamos de inmigrantes (su estatus, su origen, sus bajas o altas posibilidades de obtener la nacionalidad), nos ayuda a comprender nuestra situación para poder realizar unos trámites que son complejos. Gracias a internet, esa ayuda puede llegar de manera fácil con un solo clic, y comenzar un recorrido difícil de la manera más sencilla y eficaz posible.