La Formación Profesional tiene, injustamente, una imagen colectiva muy pobre frente al bachillerato y la carrera universitaria. Pero la realidad es que todos los grados medios y superiores nos preparan mejor para el mundo laboral, ya que están orientados en gran medida hacia la práctica y desempeño de esas actividades en detrimento de los conocimientos globales y puramente teóricos del camino universitario. A continuación, vamos a poner en valor el desarrollo y crecimiento que supone la Formación Profesional para nuestro futuro.
Un camino enfocado a una mayor preparación
Los ciclos formativos de grados medios y grados superiores en Granada suponen toda una serie de ventajas competitivas a la hora de lanzarnos a un mundo tan lleno de retos como es el mercado laboral. A diferencia del bachillerato o el primer año universitario de cualquier carrera, donde la enseñanza está enfocada en un conocimiento global y nada específico, en los grados medios se esfuerzan para que consigamos mejorar unas competencias muy concretas y enfocadas en la práctica del desarrollo profesional.
Los ciclos de grado medio están distribuidos por módulos para acotarse, generalmente en dos cursos. En el primero nos dan toda la teoría y manuales prácticos para comenzar, mientras que en el segundo curso, se pone en práctica toda la educación profesional que aumentará nuestras competencias y oportunidades a la hora de conseguir el empleo que queremos. Estos grados medios son un trampolín hacia la educación de grado superior, la cual es la formación que exigen muchos sectores laborales y que nos proporciona ser un técnico profesional titulado.
Las probabilidades de incorporarse de forma casi inmediata al mundo laboral se disparan cuando nos convertimos en técnicos profesionales, pues mejoran aún más si cabe la experiencia previa del grado medio, en un mercado donde las empresas y las compañías exigen cada vez más una experiencia real con práctica anterior a la contratación. Esta educación nos proporciona las herramientas y mecanismos que exigen las ofertas de los puestos de trabajo, lo que supone la adquisición de unos conocimientos y el desarrollo de habilidades mucho más tempranas que todos aquellos estudiantes que escogieron el camino del bachillerato y acceso a la universidad. La Formación Profesional (tanto el grado medio como el superior) es la ejemplificación perfecta del puente que conecta un desarrollo de habilidades tempranas a completar si quisiéramos con la universidad, con una profesión laboral, antes de entrar en la propia competencia de ofertas de trabajo que se encuentran en los diferentes sectores de empleo.
Algunas ventajas de la Formación Profesional
Como hemos podido observar anteriormente, la Formación Profesional es una alternativa tan válida como el camino del bachiller, la selectividad y una carrera universitaria. Pero la aplicación de la primera no significa renunciar al final de la segunda, ya que a través de ese grado superior podremos acceder a la carrera universitaria de su correspondiente rama educativa. No obstante, podemos resumir en tres principales apartados, las ventajas que obtenemos cuando nos decidimos por la Formación Profesional:
- La duración de los estudios. En la mayoría de las carreras, preguntes a quien se lo preguntes, te asegurará que la duración de los estudios universitarios es demasiado extensa, y que en muchos casos, existe al menos 1 año de los 4 de formación en el que no han aprendido nada relacionado con la profesión o con el desarrollo de habilidades y herramientas para la empleabilidad. La Formación Profesional se concentra en cambio, en dos años de preparación dirigida especialmente en la adquisición de esos conocimientos y capacidades.
- La metodología. Seguramente será una de las diferencias más evidentes pero también una de las ventajas más ocultas de la Formación Profesional. Tanto en los grados medios como en los superiores, la práctica supone el motor del aprendizaje. Cuanto más pongamos en práctica lo que hemos aprendido, más desarrollaremos las habilidades para sobreponernos ante las adversidades, los errores, y en definitiva, estaremos mejor preparados.
- Incorporación y aprendizaje continuo. A raíz de la ventaja sobre la duración de los estudios, la incorporación al empleo es mucho más rápida por este camino, lo que nos otorga una ventaja a nivel de experiencia y nos da la posibilidad de que en el mismo tiempo podamos ejercer cursos alternativos para desarrollar todavía en un grado mayor nuestras capacidades y destrezas.